Hola. Este es mi primer blog desde Uganda. Vine aquí para empezar un proyecto comunitario de sostenibilidad en el norte de Uganda cerca de la frontera con Sudan. Es un punto caliente a veces con vacas, armas y polvo. Esta gente ha estado dependiente de la ayuda durante 40 años. Llegar a Uganda desde Australia fue toda una aventura. Tardé 40 horas.  Aterricé al aeropouerto de Kampala de madrugada y llegué a un hotel como un zombie. Al día siguiente me encontré con mi jefe  y me fui para mi misión. Me dieron mucha libertad para llevar a cabo este trabajo.steve-cran1


 

Día 2. Me llevan al centro de Kampala, al techo de un edificio alto para encontrarme con unos chicos de NU. Veo a esos grande pajaros, una especie de gruas, planear por toda la ciudad como si fuera suya. Desde aquí arriba Kampala parece  una ciudad bonita pero llego a vislumbrar las favelas que se asoman desde al salir el sol.

 

Los ugandeses son agradables y amables con migo y entre ellos. Me dan un vehículo con chofer  para que me lleve a Karamoja, a 8 horas de coche hacia al norte. Pongo las maletas en el coche, me despido de los policias en la puerta y nos vamos. Cuando dejamos la ciudad el chofer empieza a pisar  sobre el accelerador. Chequeo mi cinturón de seguridad. Estamos corriendo a 130 Kmh por una carretera llena de baches aldeas a través, fallando por poco a las personas, las vacas, las gallinas y lo  vehículos aparcados. El acento del chofer es tan fuerte que me parece que esté hablando en otro idioma. Pone un CD de musica local, haciendo parecer el viaje a una película rara. Este país me suena familiar a pesar de no haber estado nunca a Africa.

 

Cuanto más nos alejamos más exuberante parece el terreno. Veo mucha agricultura a pequeña escala.  Mandioca, platanos, judías, cabras, cerdos...una agricultura bastante de subsistencia. La gente va bien vestida. Las mujeres cargan con cestas y bidones en sus cabezas.  Seguimos acelerando. El terreno se hace más seco. Los pueblos están enguarrados de basura, polvo  y tubos de escape de vehículos. Todo el mundo sigue sonriendo. Paramos al anochecer y me tiro en un hotel para turistas. Suena el teléfono a media noche. El recepcionista me pregunta algo que no puedo entender por su acento. Al final me doy cuenta de que me pregunta si necesito que me despierten...¡GRRRR!  No me da tiempo volver a meterme en la cama que pican a la puerta.  Abro la puerta y  un hombre alto me mira con una gran sonrisa, “agua suh?” Tiene una botella de agua.  Se lo agradezco y cierro la puerta, desconecto el teléfono y hundo mi cabeza en una almoada. Es la una de la madrugada.

 
Al día siguiente estamos corriendo de nuevo a toda velocidad a través del monte achaparrado. La tierra se está secando y el camino se está convirtiendo en una aventura 4 × 4. A lo largo de los lados de la carretera, en medio de ninguna parte, hay mujeres y hombres vestidos de domingo, o eso parece, con vestidos muy coloridos y llevando todo tipo de cosas en la cabeza. Ellos nos dan las holas y grandes sonrisas felices. Se me ocurre que realmente me gusta esta gente. Los chicos son muy divertidos y corren a lo largo del costado del vehículo gritando "mazoonga!", que significa hombre blanco en una manera no racista.

 

Por último relevo al conductor que está cabeceando. Es una conducción muy engañosa porque los agujeros en la pista destán hambrientos y amenazan con tragarse la ute. Finalmente llegamos a Hq at Abim. Me encuentro con el personal y descargar mi equipo en el "hotel" que es una habitación que viene con 2 bidones de agua por día. Hace calor aquí en ABIM pero las he pasado peor. Una multitud de pequeñas montañas de matorrales se apiñan alrededor de los bordes de esta ciudad fronteriza. Echo un vistazo a los pozos de las ciudades y sus bombas manuales. Estas mujeres hicieron la cola en cada una. Me dicen que el agua es buena y todavía no se han secado en 15 años. A estas mujeres se les paga para obtener agua para las ONG y las empresas y transportan los bidones en la cabeza. Deben  tener el cuello fuerte!

 

Ahora estoy aquí en la zona segura. Estoy planeando mi primer huerto de demostración que voy a empezar hoy. Tengo semillas, herramientas y sacos. Voy a pagar los niños del lugar para traer sacos de estiércol animal. Estoy mostrando a la población local, mediante el pago a los niños, que el estiércol es valioso. No pago demasiado o los adultos lo querrán hacerlo. Eso puede que les haga pierder la cara si se les ve recogiendo mierda! A los niños no les importa  y puede que sean el sostén de la familia. Son tíos divertidos. Se te acercan a un lado sin que les veas y en voz baja dicen "¿cómo estás?" Cuando respondo se ríen y se quedan ahí parados mirándome con sus amplias sonrisas. Lo voy a pasar bien con estos chicos!

 

Bueno eso es todo para ahora. tengo que ir a cavar!

Saludos, Steve Cran.

(Traducido por Antonio Scotti desde http://www.permaculture.tv)